Padre Feijoo

Pensador y escritor, hombre ilustrado perteneciente a la llamada primera ilustración, sucesor de los ” novatores“, dotado de un profundo espíritu crítico, cultivó el género del ensayo. Conocedor de las obras de los grandes pensadores y científicos del momento –Galileo, Descartes, Newton, Gassendi, Pascal, Bacon…– se mantuvo crítico con la ciencia oficial basada en exceso en la autoridad de Aristóteles, interpretada por los tomistas y preconizó el uso de la razón, apoyada por la experiencia, como único método válido para la ciencia.

En su obra, de carácter enciclopédico, abordó los temas más diversos, que van desde las artes adivinatorias, a las supersticiones y otras creencias y actitudes populares, pasando por temas médicos, de filosofía, de historia, de ciencias naturales, de enseñanza pública, de demografía, etc., hasta la igualdad de la mujer, siempre desde un punto de vista crítico y revisionista, pero dentro de la ortodoxia de la fe.

Adoptó básicamente dos formas literarias: la del discurso, en la que abordó temas concretos, sometiéndolos al análisis crítico y al discurso, a la luz de las nuevas tendencias científicas y la forma epistolar, en la misma línea, aunque más sencilla. El Teatro crítico universal, una de sus obras más importantes, integra 118 discursos en los 8 volúmenes de los que consta, convirtiéndose así en un escenario o visión panorámica de la realidad del momento. Por otra parte, son 166 las cartas que se encuentran en los 5 volúmenes que conforman las Cartas eruditas y curiosas, su segunda obra importante.

En unos momentos en los que, sobre todo en España, dominaba la ciencia oficial e imperaba la Inquisición, las publicaciones del Padre Feijoo levantaron una gran polémica, con muchos detractores y también defensores, como el Padre Sarmiento y el mismo rey Fernando VI. Este carácter polémico, contribuyó sin duda, junto con su extraordinaria valía, a darle una gran celebridad, tanto en España como en el extranjero, de modo que sus obras fueron reeditadas varias veces y traducidas a los idiomas más importantes como el francés, inglés, alemán e italiano, ya en pleno siglo XVIII. Su pensamiento alcanzó así una gran proyección social y la gran efervescencia ideológica provocada por sus ensayos sobre temas científicos de todo tipo, llegó a la sociedad en una acción divulgadora que trascendió los ámbitos del saber institucionalizado y despertó un gran interés por la ciencia.

Escritor y pensador gallego de primera magnitud, el Padre Feijoo es distinguido por la Real Academia Gallega de Ciencias como Científico Gallego para el año 2013, por su espíritu abierto y valiente en defensa de los fundamentos de la que había de ser la ciencia actual, entonces incipiente, y por su esfuerzo por instruir a la sociedad, tratando de clarificar una serie de falsas creencias y prácticas populares a la luz de dichos principios.